martes, 21 de febrero de 2017

Todos los dias de mi vida

    TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA


    El dia que mi vida iba a cambiar por completo parecía uno cualquiera. Como cada día me levantaba a la misma hora, desayunaba, me iba a trabajar y esperaba ansioso la hora de ir a visitar a Marie. Esa hora me llenaba de vida. Cada día ella aprendía algo nuevo, podía ver como crecía y eso me hacía crecer a mi. Conocía a Marie mejor que a la palma de mi mano, y la amaba mas de lo que ella pudiera llegar a imaginar.
    Me encantaba cuando paseábamos por el parque, me encantaban sus silencios, sus miradas y sus preguntas sin respuestas con el objetivo de saberlo todo. Me transmitía toda su fuerza y todas sus ganas de vivir, y yo intentaba regalarle mi mayor sonrisa, aunque a veces era la tarea mas difícil que alguien pudiera llevar a cabo.
    Todo el esfuerzo valía la pena si la recompensa final era una carcajada suya, aunque al día siguiente ella no lo recordara. Las ganas de volver a visitarla y volver a verla reír eran el motor de todos los días de mi vida.
    El día de su cumpleaños, le lleve una rosa y una carta, que como cada año decía "Te quiero mas que el año pasado, pero menos que el siguiente". En ese momento me miró a los ojos y me dijo: "Me encanta que esta costumbre no se pierda nunca". Por un momento había recordado, 25 años después del accidente se acordó de mi, y aunque fuera por un instante, me sentí como si fuera un niño pequeño con su regalo de navidad y pude darme cuenta que la inocencia nunca se pierde, porque el niño que llevamos dentro nunca muere.

 

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